Malos tiempos vivimos en el sector de la gestión de conocimiento de nuestro país, eso es claro. La crisis ha golpeado fuerte. La financiación pública a los temas de transferencia se ha desvanecido. Universidades y centros de investigación han tenido que atender a otras prioridades y, aunque en el discurso siempre hay que decir que la transferencia y la innovación es máxima prioridad, la realidad es bien otra: no hay recursos y el interés de nuestras instituciones por estos temas es limitado. De ello pueden dar fe muchas personas de este sector que se han quedado en paro en los últimos años.
También la gestión de la investigación se ha reducido en gran medida a la pura administración y control que, eso sí, ha aumentado y sigue aumentando. Lo que tendría que ser generación y despliegue de mecanismos e instrumentos con un objetivo de generación y transferencia de conocimiento se está quedando en reglas sobre lo que está y no está permitido y en sistemas cuyo objetivo es la supervisión y verificación de que se aplica la norma y se controla y se ejecuta bien el gasto. Objetivo que se autolimenta, se justifica y termina prevaleciendo en la medida que se detecta y se recupera dinero supuestamente mal gastado.
En los malos tiempos abundan las críticas y los busca-culpas: no se estaba haciendo bien el trabajo y por eso hay poca transferencia e innovación; no se estaba haciendo bien el trabajo y por eso la I+D resulta poco eficiente. Y así, estamos asistiendo a un desmantelamiento de las estructuras de transferencia y a toda suerte de auditorías, que está sembrando de desconfianza nuestro sistema de innovación, particularmente entre investigadores y gestores. En esta línea, llama la atención en un estudio reciente realizado por el Science-to-Business Marketing Research Centre de Münster la diferente percepción sobre la relación universidad-empresa que tienen los gestores y los investigadores, particularmente en España.
Pero los tiempos difíciles son también momentos de reflexión, de renovación y de reinvención. Es en la situación actual de donde surgirá lo que vaya a ser la gestión de conocimiento en nuestro entorno, una vez pasada la crisis. No podemos esperar pasivamente a que pase el temporal. Debemos entender las claves del sistema de educación superior, de investigación, transferencia e innovación empresarial y social de los próximos años. Ellas nos ayudarán a reconfigurar estructuras, mecanismos e instrumentos. Debemos explorar soluciones y estar atentos a las nuevas ideas, a los nuevos intentos. Debemos, también, contar con la experiencia anterior. No vayamos a estar reinventando la pólvora. No vayamos a despreciar el capital profesional acumulado.
Hay algunas señales claras: el valor del talento, la incontenible internacionalización, la actitud de emprender y de innovar, el saber conducir relaciones duraderas, el manejo de la propiedad intelectual y del acceso abierto, el mantenimiento de costes ajustados, el desarrollo de modelos de negocio y sostenibilidad, por citar algunas. Frente a ellas habrá que evaluar las nuevas experiencias que se están probando. También las antiguas estructuras e instrumentos, que se tendrán que adaptar.
En este marco RedTransfer quiere ser un espacio de discusión e intercambio que ayude a reflexionar, renovar y reinventar. Una iniciativa ciudadana, adicional a las instancias institucionales o de la administración, construida por profesionales de la gestión del conocimiento, que apreciamos y defendemos la función social que tiene nuestro trabajo para conseguir una sociedad mejor y más próspera, a través de la aplicación del conocimiento generado en la investigación.
A menos de un año de su creación, RedTransfer celebrará los próximos 13 y 14 de junio su primer Encuentro Anual en Barcelona. Un foro en el que escucharemos perspectivas de académicos y de industriales, intercambiaremos experiencias de lo que estamos llevando a cabo y trataremos de esbozar una agenda de temas clave en gestión de la investigación, innovación y transferencia. Desde ahí contribuiremos, también, al desarrollo profesional de los trabajadores de la gestión de conocimiento.
“Hard times come, hard times go”, canta una y otra vez Bruce Springsteen en Wrecking Ball. La difícil situación actual pasará y vendrán tiempos mejores y, pasados de nuevo unos años, el ciclo se repetirá. La función transferencia, como la llamábamos al principio, seguirá estando en unos y en otros tiempos. Y las personas implicadas en la misma también.
Fernando Conesa
Presidente de la Asociación de Profesionales de Transferencia, Innovación y Gestión de la Investigación, RedTransfer
Asociación de los profesionales en transferencia y gestión de conocimiento